martes, 2 de noviembre de 2010

Pensaba que es posible no volar

Cuando uno cree saber la verdad
aparecen esos magníficos momentos
inoportunos como cuando joden la vida
a propósito
para hacernos ver que no podemos fantasear de esa manera
que somos un par de migajas tiradas inconscientemente
que la felicidad se digiere mejor despacio a cuentagotas

Y de pronto me viene recordar
Soñar de nueva cuenta con lo que realmente vale
lo que significa y deja
por eso me permití invitar a las épocas del fut en la calle
a los vecinos con los que te peleabas
(pero defendías cuando los de la otra cuadra se sobrepasaban)
las tardes en las que caminaba por el gusto de hacerlo
un par de mentiras para que no me cacharan mis dos novias
la hora en que tu mamá te hablaba para ir a cenar

¡A veces siento que perdí tanto ahora que crecí!

Luego uno crece y se olvida de la inocencia
Preferimos ser ojetes antes que nos vean como pendejos
y la vida se empieza a desmoronar
como cuando la arena se deja llevar por el viento
sin saber a dónde va a dónde irá a parar
Me escabullo al rincón
mientras mi silencio cobra vida
reclamando lo injusto que he sido con lo que soy
y empiezo a llorar

Antes de entrar a la casa
supe que encontraría los versos
El exacto conjunto de palabras para apoyarme a volar
a liberarme de estas ataduras que llevo por pretextos
a callarme por un segundo, disfrutar de lo que no se escucha
y me viene a la mente
un chascarrillo de los que contaba la abuela
(verdades tras el bienestar de todos)

Tengo la necesidad de abrazarte con estas palabras
hacerte saber que el verdadero valor de la vida eres tú
nada mejor: un cuerpo y tu alma
más unidos que los imanes en sus opuestos
juntos en un tono de protesta mágica y respeto inmoral

Disculpen si los versos anteriores sonaron tipo Gaby Vargas
pero brotó mi espíritu positivo
Otra vez se llegan las doce:cincuenta de la mañana
y yo aquí escribiendo por tratar de ahorrarme el sicólogo